¡Carambolas! [Gigi ♥]

Mi corazón latía rápidamente mientras mi mano afirmaba la de Gigi, solamente quería ver una habitación vacía para los dos, pero lo único que veía eran chicos bebiendo, riéndose, pero al solo mirar para mi lado derecho, había una habitación solitaria y lleno de polvo, era mi ocasión para parar y entrar con Gigi pero ella parecía imparable, a si que pare en seco, y la lleve a hacia mi cuerpo, quedamos frente a frente, aunque ella con unos pelos en la cara, nos miramos unos segundos, hasta que le dije.
- Gigi... ya encontré una habitación - sonreí de lado un poco sonrojado y la lleve a una habitación un poco tétrica, con una cama sucia, muebles, pero la cama servia para por lo menos sentarnos y platicar un poco, sí, platicar...

Limpie la cama, demasiado polvo salio de ella, pero estaba perfecto para sentarnos y pasar un rato juntos.
Luego de ya estar uno al lado de otro, la miré a los ojos, para ser normal una conversación, estábamos muy cerca los dos, pero por fin saque un poco de voz, al estar tan nervioso, y le dije.
- Aquí si que estamos bien, nadie nos molesta, – sonreí de lado – y Gigi, pues, ¿Alguna novedad del año de separación o no?

No sabía porqué iba tan rápida. Bueno, sí, lo sabía, pero no era necesario correr, quiero decir. Pues no, yo corría, sentía que lo único que necesitaba para que mi felicidad fuera completa después de todo, era una maldita -y nunca mejor dicho- habitación vacía. De repente, Derek había tirado de mí hacia él, parando en seco, y quedé frente a él, pegada a él, con las mejillas ardiendo, y no precisamente por el ambiente de la casa, porque hacía una muy buena temperatura. Aunque había comenzado a sentir calor. Asentí sonrojada aún más porque había ido demasiado rápido.

Me dejé guiar por Derek a la habitación que decía haber encontrado. Era como me imaginaba las habitaciones de una casa abandonada y "embrujada". Era vieja, estaba llena de polvo, y había poca luz, aunque se veía bien. Después de que limpiara un poco la cama, nos sentamos y suspiré; habíamos quedado uno al lado del otro, y estábamos muy cerca. Tanto, que no supe cómo diablos estaba quieta en mi sitio después de un año sin verle.

- Cierto. - dije, riendo, al pensar en toda la gente que había fuera. Miré a Derek con una sonrisa ladeada y me encogí de hombros, mirando mis manos, en mi regazo, unos segundos. - ¿Además de que te he echado muchísimo de menos...? - levanté la mirada y sonreí levemente. - No hay muchas. Ha sido un año aburridísimo. - dije, suspirando después. - ¿Y el tuyo? - tal vez lo que tenía que decirme era que había conocido a una pelirroja despampanante en Hungría, y que se iban a casar o algo así.

No podía dejar de mirar sus ojos, mi sonrisa tampoco desaparecía solo por que ella estaba a mi lado, y mi corazón latió más rápido cuando dijo que lo único que le pasó ese año fue solamente extrañarme.
Ahora era mi turno de responder su pregunta, pero veía el nerviosismo de Gigi, a si que decidí hacer una pequeña bromita a mi querida amiga y comencé.
- Pues demasiado bien, soy papá, conocí una chica alemana llamada Eva en una gira con mi grupo, conversamos, salimos unas semanas, nos enamoramos de verdad al pasar el tiempo, y nació Joseph, mi primer hijo, y después que terminé Beausoleil, me voy a casar con mi amor.

Miré hacia el frente, moviendo mi cabeza orgulloso de lo que había hecho ese año sin Gigi, no quería girar mi cabeza para ver la cara, pobre, de seguro se creyó toda la historia, aunque sabía que fue muy malo de mi parte lo que hice, pero iba a saber lo que verdaderamente sentía Gigi por mi, se puede decir que es un plan, perfecto.

Giré mi cabeza, no supe como aguante la risa al ver la cara de Gigi, sonreí de lado intentando que no saliera una carcajada y al final le pude decir.
- Si quieres, después de que salgamos del campamento, conoces a mi hijo, - miré hacia otro lado encogiendo lo hombros – o sino quieres, solamente dímelo.

La sonrisa de Derek iba calmando mi nerviosismo poco a poco. Más o o menos, porque lo que dijo a continuación... bueno, no era la respuesta que esperaba. Si mi corazón latía deprisa antes, ahora quería ganar una carrera hacia el infarto, porque sentía como se me humedecían los ojos sólo de pensar en que todo lo que había estado esperando, no iba a valer nada ahora. ¿Eva? ¿Joseph... hijo? ¿...amor?

- Vaya, esto... - no sabía cómo diablos continuar. Mis dedos jugueteaban entre ellos, como tratando de aferrarse entre sí porque si no mis manos se lanzarían hacia arriba y me ahogaría a mí misma. Jamás me había pasado algo tan horrible, y eso era porque estaba tan colada como una niña. Y sí, ese año había sido difícil, y además me decían constantemente que no era la misma Gigi de siempre. ¿Es que querían que siguiera siendo una histérica que no callaba nunca? Aunque ahora necesitaba a esa Gigi, sabía que no podía recriminarle nada a Derek, porque en realidad, no eramos nada. No eramos nada y no seríamos nada, al parecer. - Pensé... bueno, es decir, hemos estado hablando todo el año... casi cada día... y no me habías dicho nada de ninguna... de ninguna Eva. - comenté, bajando la voz al llegar al nombre de la chica, y bajando la vista a la vez. Sentí como se me humedecían los ojos poco a poco. - Podrías habermelo dicho antes, Derek... pero sí, sí, conoceré a... a...- dije, sin levantar la mirada aún, porque si hablaba otra vez, allí se liaría la gorda por culpa de mis lágrimas. Jamás me había ocurrido eso, repito: jamás. Shiloh me diría que debía de haber saltado y haberle dicho algo, pero me sentía incapaz de hacer algo así en aquellos momentos. Me llevé una mano a los ojos, y limpié lo que aún no se había derramado y no quería que se derramara. Me estaba delatando a mí misma, menuda idiota. Aunque siempre podía decir que era la felicidad, ¿no...?

Mi broma fue de muy mal gusto, me hizo sentir pésimo, pero me fije que Gigi se le cayó una lágrima, eso significaba que… claramente, era mi oportunidad, ella verdaderamente sentía algo por mí, como yo a ella.
Me senté más cerca de ella, la abracé por la cintura y la lleve cerca de mi hombro, acerqué mi boca a su oído y le susurré despacio.
- Yo nunca te conté lo de Eva, por qué es una mentira, en todo el año que estuvimos separados, no me metí con ninguna chica, siempre estuvo la tentació, pero siempre, siempre… - tragué saliva – siempre pensé en ti y en nadie más, no podía dejar de hacerlo, Gigi.

Lo que iba a ser, es todo improvisado, ni si quiera sabía que hacer, pero tuve valentía, acerque mi mano a su mentón, para que me pudiera ver a mis ojos, donde ahí demostraba toda mi sinceridad, en mi mente estaba comenzando un alboroto, pero me acerqué a sus labios lentamente, ya era la hora, ya lo estaba haciendo.
Por fuera no demostraba nada de nerviosismo, pero por dentro sentía lo contrario, sentía que me decían, “¡Vamos Derek!”, o también, “¡No Derek! ¡No lo hagas!”, pero ya era muy tarde, mis labios ya se estaban cerca de los suyos, y si funcionaba, iba a ser el chico más feliz de todo el mundo.

Había cerrado los ojos, pero hubiera deseado poder cerrar los oídos, no sé qué digo, pero es así. De ese modo no hubiera oído aquello que había dicho Derek, y las mariposas en mi estómago seguirían ahí ahora. Pero sus brazos me rodearon y me acercaron hacia él, y me permití derramar más lágrimas en su hombro, segundos antes de que me dijese que había sido una mentira. No quería levantar la mirada, porque no es que fuese muy acorde con la situación el que yo llorara de tristeza, aunque de repente mi corazón latió más deprisa de nuevo, y Derek levantó mi mentón con su mano para que le mirara.

Sus ojos me miraban como si quisieran hablar, y por un momento los míos no vieron nada más. Sólo estábamos Derek y yo, y lo demás podía desintegrarse, porque estaba sorda, muda, y ciega a otra cosa que no fuera aquello que ocurría. Poco a poco se iba acercando, y aunque me había molestado la broma, había estado esperando eso durante un año, así que acerqué mis labios a los suyos y corté la mínima distáncia entre los dos. Aquello no era como lo que pasó en el bosque el verano anterior, aquel verano había sido demasiado, y no sentía nada más que una -tengo que admitir que muy fuerte- atracción hacia la super estrella mundial. Pero ahora sentía algo más por Derek, no por la super estrella, si no por él. Era algo más especial que me hacía frenar y pensar en todo momento en lo que iba a hacer, menos aquel beso, que fue innecesario pensarlo.

- Podrías haber empezado por ahí... - murmuré, separándome un momento de él para volverle a besar después. La mano que había usado para apoyarme en su pecho estaba aún ahí, mientras mis labios se ocupaban de conocer de nuevo el territorio que invadían con lentitud. Había besado a Derek antes, pero no había sido como era ahora.

Sus labios se acercaban más a los míos, mi corazón latía a 1.000 por hora, pero luego me dijo algo, murmuró algo mejor dicho cerca de mis labios, la entiendo, tuve que comenzar de ahí, pero fue una prueba muy macabra si sentía algo por mí, todavía me sentía mal.
- Lo sé, fue mi err… - no pude terminar la frase por que sus labios se fusionaron con los míos, ahora todo malo desaparecía de mi interior, fue como un fuego que recorrió todo mi cuerpo, este beso no es como el del verano pasado, este es especial, no tengo palabras para describir esta situación, solamente quería que nadie lo arruinara.
Sentía que el beso tomaba más intensidad, nos deseábamos, todo un año separados los dos sin poder decirnos lo que teníamos guardado.
Mi mano estaba en su cintura, sentía que se apegaba más a mi cuerpo, y mi otra mano en la cama afirmándome, por que sentía que nos inclinábamos, y no es muy bonito caer en solamente polvo.
Las risas de los otros chicos desaparecían, el olor desagradable de la habitación igual, la preocupación de que alguien entrara fue lo primero que desapareció, solamente me concentraba en mi tierna Gigi, esto es un momento inolvidable, pero ahora, lo que viene es lo más duro, lo serio pero eso se vera después, con el tiempo.

Ya había tomado un poco, si, sólo un poco. Shiloh no paraba de reírse, todo le daba gracia y todos eran víctimas de sus alucinaciones. Pero que quedara en claro que estaba consciente, sólo eran bromas que se le iban de las manos. ¿Verdad?

La rubia había iniciado una solitaria investigación en la casa, el baño estaba totalmente destartalado, pero lo habían limpiado y arreglado para que al menos fuese usado por los invitados. Aún así ella había decidido no hacerlo, por una cuestión de tacto tal vez. Seguía con su inspección de habitaciones, hacía rato ya no veía a Genevieve y a Derek, se preguntó si... pero, ¿ahora? ¿Sería el momento elegido por su SAB?

Se detuvo en la puerta de una de las habitaciones destartaladas, iba a seguir de largo pero le había parecido escuchar voces. Detuvo su oreja junto a la puerta, y en un intento de apegarse aún más al sitio, recargó sus manos sobre la madera. Grave error. Primero fue un corto crujido, y luego - el cerrojo no estaba echado como era debido - la puerta se abrió hacia la izquierda y, a su derecha, el rubio y la morena estaban semi-recostados sobre una cama llena de polvo. La habitación era más que horrorosa, y hasta a ella le daba un poco de miedo ese lugar. Pero claro, ellos estaban pasándola genial, el miedo no importaba.

Shiloh rió con ganas, divertida. Cruzó sus brazos y enarcó una ceja perfilada. - Esperar a que la damisela esté asustada, yalgotomada, para aprovecharse de ella... - murmuró, mientras chasqueaba la lengua y negaba con la cabeza. - Eso te lo he enseñado yo, estoy orgullosa. - comentó, volviendo a reír con ganas.

Sabía lo que iba a decir, así que no dejarle terminar no fue importante, era más bonito seguir con aquel beso. Mi mano libre -la que no estaba apoyada en su pecho-, se movió hasta su mejilla, y la dejé allí suavemente, mientras seguía el beso. Sin darme cuenta aquello iba siendo más intenso, y no iba a quejarme. Poco a poco noté cómo nos inclinábamos hacia la cama, y agradecí mentalmente a Derek por haber puesto la mano en mi espalda para que no tocara ese camastro polvoriento. Aunque en aquel momento, aquello era indiferente a mi persona con quien tenía delante.

Pero de repente, un ruido me llamó la atención sobre los demás, sobre las risas, los gritos y más risas, era una puerta, que no se abría con suavidad, precisamente. Me separé de Derek sólo unos centímetros, pero lo suficiente como para ver la puerta y a Shiloh allí plantada, con una cara de borracha que no se la quitaba nadie. Aunque parecía que aún no estaba del todo ida. Sentí cómo me enrojecía al instante, y miré a Derek de nuevo sonriendo, porque... menos mal que había sido Loh. Luego volví la vista hacia mi mejor amiga de nuevo.

- Nadie está asustado, Blondichuela, y aquí la tomada eres tú. - dije, sacándole la lengua, y girándome de nuevo hacia el que, hacía segundos antes, era mi único centro de atención, y escondí mi rostro en su pecho, riendo bajo, nerviosamente.

El beso cada vez tomaba más intensidad, eso no me importaba, pero era genial, y cada vez trataba de no caer junto con Gigi en polvo, pero eso realmente no importaba. Solamente ropa sucia. Este momento lo recordaré toda mi vida. Esa mano en mi mejilla me transmitía todo lo que sentía ella por mí. El tiempo pasaba lentamente solamente por que Gigi era mi centro de atención, en ese momento, Gigi era mi todo.

La puerta, un sonido demasiado fuerte, alguien entró a la habitación no como lo hacen todos, mi corazón latió tan fuerte al tan solo pensar que no era una persona conocida por uno de nosotros. Me separé de Gigi unos centímetros, giré mi cabeza rápidamente para poder ver al chico o chica. Suspiré de alivio, no era nadie más que Loh, aunque estaba bien borracha pero no ida de ese mundo.
Me reí por lo que murmuro mi SAB, luego miré a Gigi que le respondió muy infantil y tierna, luego la abracé, acomodándome para que pudiera colocar bien su cabeza en mi pecho.

- Pienso lo mismo, nadie aquí esta asustado, a lo contrario, - sonreí de lado – y tu eres la tomada SAB tonta.
Mi único deseo, que si esta borracha, que no sea tan arrogante con nosotros dos, o sino voy a tener que preparar un plan.